¿Cómo hacer un lavado nasal en niños?
Existen pocas situaciones más incómodas para un niño que la congestión nasal, con su sequedad, su irritación, su goteo… Esta situación puede ser ocasionada por diversos motivos, desde un simple constipado o gripe hasta la falta de humedad, el polen o la misma contaminación.
Maneras de prevenir la congestión nasal
Afortunadamente el agua de mar es un gran alivio, y es que basta con respirar la brisa marina para mantener despejadas las vías respiratorias gracias a su contenido en sales y minerales.
Las aguas de mar proporcionan una higiene nasal completa para que los más pequeños vuelvan a respirar con normalidad. Los lavados nasales con agua de mar es una excelente solución para la higiene diaria de las fosas nasales. Permite una limpieza segura, cómoda e hidratante gracias a los minerales y oligoelementos del agua de mar.
Entre los principales beneficios del agua de mar encontramos los siguientes:
– Elimina el exceso de mucosidad y las costras.
– Hidrata y suaviza en caso de sequedad e irritación
– Alivia la congestión nasal
– Limpia las fosas nasales
– Restablece el equilibrio natural de la mucosa
– Contiene oligoelementos y minerales muy beneficiosos para la mucosa nasal
Y aunque resulte sorprendente, todo eso es primordial para los menores de 6 años. Muchos niños no saben sonarse, por no hablar de que beber y comer con la nariz tapada aumenta el riesgo de atragantamiento. La solución salina nasal os ayudará a respirar con tranquilidad.
Indicaciones para un lavado nasal en niños
Pese a todo esto, vale la pena considerar cuándo es necesario realizar un lavado nasal. No es recomendable realizar más de 3 pulverizaciones al día ya que la presión de inyección podría resecar la mucosa u ocasionar sensaciones desagradables en el oído. Es importante también tener en cuenta que cada niño debe tener su propio dispositivo para evitar que el virus nos pase de unos a otros.
Es recomendable antes de empezar, tumbar al niño boca abajo o boca arriba. Después, inclinar la cabeza hacia el lado contrario al de la fosa que se va a limpiar, introducir la boquilla del spray y apretar el difusor durante dos segundos, con decisión para que el flujo entre con la fuerza necesaria. Sabremos que lo hemos hecho bien al ver agua salir por la otra fosa nasal. De no ser así convendría variar la postura de la cabeza para que el agua no se dirigiese al oído o a la garganta. Una vez terminado el proceso de pulverización bastará con esperar unos segundos y sonar suavemente para retirar el agua y moco restantes. Cabe tener en cuenta que en sí mismo el moco no es algo malo, protege las fosas nasales de manera natural. Por lo que nuestro objetivo no es eliminarlo por completo sino solo hasta que el pequeño pueda